Torni Segarra

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* ”¿Para qué es el cuerpo sagrado si al final se convertirá en polvo?”.

El cuerpo, todos nosotros. Somos como las plantas que nacen por todas partes. Y que obedecen a un plan, a una programación establecida para que la vida, lo que existe siga. Continúe, siga existiendo.

* Por eso, que todo es infinito. No hace falta ir hacia él.

Además, si hubiera contradicción. También forma parte de ese infinito.

Que está más allá del mal y del bien.

* Todo el problema de la pareja -de toda relación- empieza y acaba ahí: La libertad es amor. Si uno tiene amor, ¿por qué habría que obligar a otro, que haga algo que no quiere hacer?

* Si lo que se dice no tiene sentido. Déjalo estar.

* ¿Tú lo sabes? Pues, yo tampoco. Deja los dinosaurios. Y sé más serio. Menos cínico.

El cuerpo tiene su función. Poblar la tierra de vida. Con su conciencia.

¿Para qué? No lo sabemos.

O para que funcione la vida. Como existe un árbol, un pájaro, una hormiga.

* El mismo hecho de ponerle a un estado de conciencia, Nirvana. Eso que se dice que es. Ya no lo es. Es lo mismo como pretender describir lo que es el infinito, dios, el universo.

Lo que se diga no va a ser.

* La mente para operar correctamente, necesita su orden. Pero ese orden, se vuelve desorden cuando se impone.

* Todas las religiones son negativas, inviables para que haya paz, amor. Pues las religiones, son ideas, teorías, supersticiones, paganismo, idolatría. Que se dividen de las otras religiones. Que hacen lo mismo. Son lo mismo.

* Decir que un solo partido es más inepto que los otros, los demás. ¿Eso no es racismo de partidos? Eso sería lo mismo que decir, que una persona, una raza, una cultura, es peor que las demás.

Pues todos somos iguales.

Todos tenemos algo de cretinos. Y algunas veces algo de lúcidos.

Son los prejuicios. Nuestra programación, la que nos condiciona. Y nos hace egoístas, vasallos del ego, del ‘yo’. Divisivo, indiferente, cruel, violento, asesino.

* Por supuesto la vida es ingobernable. Y como consecuencia la mente también.

¿Qué podemos hacer con el odio, la ira, la irritabilidad? Nada.

No hagamos nada. Sólo ver lo que está sucediendo. Y si somos afortunados, ese ver se tornará atención total, absoluta, profunda.

Y todo eso que nos hace feos, brutales, crueles, indiferentes. Cesará.

* El odio, la ira, la rabia. Tienes sus motivos. Pero, ¿por qué no somos capaces de generar compasión, amor?

Tal vez, es por nuestra manera de vivir. Con las prisas, la ansiedad, el estrés, las presiones desde diferentes ámbitos. Es lo que nos hace que no tengamos la suficiente percepción de los hechos. De lo que hacemos, estamos haciendo. De manera que la brutalidad, la crueldad, parecen invencibles.