2415. Por eso, las palabras, el pensamiento, la mente, no son capaces de llegar ni al principio ni al final. Porque somos la parte. Y la parte no puede abarcar a la totalidad.
2416. ¿Puedes contar un caso de crecimiento de un dedo, o una pierna, después de cortarlos, amputarlos?
La física, la química, ¿se puede alterar a petición propia, por la fe, etc.? ¿Puede un charco de agua, después de llover, no secarse ante el calor del sol?
2417. Hasta que no comprendamos que el observador es lo observado, que tú eres yo, y yo soy tú. Nos dividiéremos creyendo que somos especiales, diferentes, que uno es más que otro o menos que los demás.
Cuando, queramos o no, todos somos iguales. Pasamos por lo mismo: alegría, sufrimiento, dolor. Y darse cuenta, que no sabemos nada en lo profundo de la realidad, del universo donde vivimos.
2418. Nos creemos que somos avanzados, desarrollados, como los turistas europeos, americanos. Pero todavía somos explotadores de las personas más vulnerables. Somos insensibles, indiferentes al sufrimiento que generamos.
Luego nos asustamos del comportamiento de los jóvenes, sus borracheras, su falta de respeto por los demás, su crueldad y violencia. Pero, ¿no es eso lo que les enseñamos, la absoluta falta de respeto, indiferencia, por los menos afortunados?
Y eso no es una cosa puntual, eso es algo cotidiano, que los gobiernos, de una manera o de otra toleran, consienten. Cuando tienen sus poderosas herramientas -jurídicas, policiales, etc.- para corregir lo inadecuado. Pero, ellos no tienen la voluntad política para erradicarlo.
2419. Señora, la mente es ingobernable. Y tú te presentas como si tuvieras un control absoluto de ella.
¿Qué son los pecados sino un desbordamiento de la mente, que tiene miedo, desea esto o aquello, sexo, la vanidad de creer en algo absurdo, como la paz absoluta, la reencarnación, el cielo, el espíritu, el alma? Y todo eso, no son hechos. Y si lo son, no podemos hacer nada para descartar los negativos.
Hay un problema en todo eso que pretendes explicarme: al inventar algo que no es, que es un invento no real, nos dividimos de la realidad, de la verdad. Y, si hay división, no puede haber amor. Habrá desorden, confusión, fragmentación, ausencia de empatía, ausencia de compasión.
Y por eso, es un peligro identificarse con una creencia, una idea, una teoría, de la clase que sea. Como lo es también identificarse, agarrarse, aferrarse a un maestro o gurú, a un único salvador. Pues las ideas, las creencias, las teorías, siempre son del pasado. No tienen nada que ver con el presente, el ahora, con su agilidad, frescura, honestidad, llenos de libertad. Y el amor, es libertad.
2420. Si uno descarta su egoísmo, lo que quiere su ‘yo’, su ego, no habrá interés propio en ese mismo instante. Luego, cuando pasa el tiempo, decimos: pues me ha dado un buen resultado hacer bien a estas personas.
Y entonces, es cuando queremos repetirlo, volver a experimentar esa satisfacción que nos llena, es cuando vienen los problemas. Pues, nos esforzamos, bregamos, luchamos, nos hacemos crueles, con tal de volver a experimentar esa dicha del amor incondicional.
Pero por eso, que es incondicional, no puede depender de ninguna condición, que decimos que es humanista, de ayuda, de servicio. Porque todo eso, todas esas ideas, matan el amor. Ya que el amor, es o no es. Es como un capricho de la vida, que viene y se va.
2421. ¿Una persona sensible, no indiferente a todo lo que está sucediendo ahí a fuera, puede estar al margen de eso que está sucediendo: la vida?
Es una falsa idea creer que unos son personas especiales, que viven felices, que no les afectan los problemas, no le afecta la vida en su totalidad. Y eso, nos divide de la realidad, que es la unidad, la totalidad de todas las personas. Hagan lo que hagan, sean quiénes sean. Esa dualidad, esa división, es el origen de todos nuestros problemas.
2422. No somos el centro ni el entorno. Sólo somos lo que somos. Y hagamos lo que hagamos, siempre seremos ‘imperfectos’. Porque la vida para poder sobrevivir, ha de ser a costa de los otros. Empezando con los animales para alimentarnos. Como explotar a los menos afortunados, para poder vivir como lo hacemos.
2423. Digámoslo así: no hay diferencia entre una persona y todas las demás. Por tanto, todos pasamos por lo mismo: el terrible miedo que nos acecha, la alegría, huir de la inseguridad, nos gusta la tibieza, necesitamos comer, albergue, necesitamos buenas relaciones.
¿Dónde está la diferencia entre nosotros, las personas? No la hay en absoluto. Lo que hay, es un comportamiento egoísta, que se enfrenta a otro comportamiento egoísta.
Es decir, la vida es: A contra B, y B contra A. ¿Podemos ir más allá de ese paradigma que todos usamos? Es decir, ¿nos podemos des condicionar para no ser egoístas?
2424. La experiencia no ayuda, porque se interfiere con el presente, el ahora. Y de esa manera, genera división, desorden, conflicto.
Por eso, hay que ser frescos, ágiles, siempre con pasión a todo lo que sucede, con profunda atención.