1132. Dices que lo que divide es, que están matando a gente inocente. Pero, resulta que las respuestas son, ese mismo matar de personas inocentes cuando la OTAN, Europa, EEUU, les bombardea y mata a personas inocentes.
Y eso no es de ahora, eso es desde hacen cien mil años. Por lo tanto, todos somos iguales. ¿Sabemos dónde está el principio de todas estas matanzas? No lo podemos saber. Pero, sí que sabemos dónde está el final: en la compasión y el amor.
1133. Nuestro cerebro es el órgano, que registra las alteraciones tanto físicas, como psicológicas: si alguien me toca, esa pulsión llega al cerebro, que lo interpreta en términos de peligro o no. Por lo que, el cerebro, es siempre lo viejo, lo repetitivo, lo temporal. Y de ahí nace el miedo.
Pero si vamos más allá del cerebro, del pensamiento, entonces podemos ver lo que nos llega como algo que es un peligro corporal -el frio, el calor, el fuego-, pero los peligros psicológicos no pueden operar porque no tenemos miedo. Ya que el miedo es división.
Si yo te tengo miedo, no podré relacionarme contigo, te rechazaré, huiré de ti. Y ese es el pecado de vosotros los cristianos: tener miedo a los demás, no verlos como nuestros hermanos.
Y si eso fuera así, que no tuvieras miedo, ¿por qué te tendrían que querer matar? Si tú no tendrías la necesidad de hacerles ningún daño: si no acumulas riquezas, si no explotas a nadie, si vives austeramente, sino robas, no eres corrupta, inmoral, si no eres nacionalista o de una religión organizada, si no crees en la violencia, en la guerra, como la manera de solucionar los problemas. Entonces, ¿qué motivos tendrían para querer matarte?
Evidentemente, todo eso son palabras, que son sólo palabras, no son los hechos. Y los hechos dicen, que la seguridad no existe en absoluto, sólo existe la completa y total inseguridad.
Y, es por eso, que nuestro cerebro, el pensamiento, que ha inventado el ego, el ‘yo’, es el que también ha inventado a su dios que más le conviene e interesa. Además de inventar a su único hijo, mesías, único salvador.
1134. No acabará con las guerras el amor. Ha de acabar ahora la guerra que hay en nuestro interior, que al salir y manifestarse al exterior es la que ha construido esta sociedad, llena de miedo, que ve enemigos en todos, en todas partes.
Así que todo el problema está, en ver que es ahora, no luego, mañana, dentro de unas semanas, meses, años, cuando he de descartar la guerra de mi vida, de mi manera de vivir. De lo contrario seguiremos viviendo como hacemos ahora, diciendo que son los otros los únicos culpables. Y, sí, esto es el amor, que es sin tiempo, en el ahora.
1135. Somos caprichosos, tenemos miedo de no ser como todos, nos gastamos el dinero para ir la moda, que se ha convertido en una necesidad. Y por eso, parecemos un rebaño, obedientes a las órdenes de los que van delante, en primera línea.
Cuando la necesidad, es comer, la ropa, el albergue. Pero queremos vivir como los ricos, aunque no lo somos en absoluto, para lo que eso significa. Además, todo es como una pendiente que va bajando, que es el más y más que no tiene ni meta ni fin.
Por lo que la ansiedad, el estrés, nos convierten en neuróticos, como monos enloquecidos, yendo sin parar de un lugar a otro. Cuya consecuencia es la insensibilidad, la indiferencia, el desorden, la confusión, el caos en que vivimos.
1136. Veo que sigues obsesionado en rechazar la libertad, la independencia. ¿Cómo filósofo que eres, puedes descartar la libertad que es amor? Y el amor es orden, el máximo orden posible, aunque no nos guste.
I. si no hay orden, ya sabemos lo que viene: confusión, caos, anarquía, violencia, guerra. Aunque muchos, que son los más afortunados, que tienen miedo, temerosos de perder los privilegios, las prebendas, que viven estando colocados en buenos puestos de trabajo, con sus propiedades, las segundas residencias, sus viajes largos o cortos. Todos estos, se empeñan en ponerse en contra de la libertad.
Y, únicamente ven dificultades, complicaciones. Pero, volvamos a la filosofía: la libertad ¿cuándo es un camino de rosas. sin problemas ni complicaciones? ¿Puede un filósofo, miedoso, conservador rancio, carca, etc., obstruir lo nuevo que siempre es la libertad, que es el amor?
1137. Los que viven en la banalidad, han de decir por la fuerza banalidades. Son como las cotorras, que repiten sin saber realmente lo que dicen.